¿Quién hace el mapa?

De mi época de jugador de AD&D se me ha quedado grabada esa frase, entre otras como "¿quién va primero?". Ya fuese un castillo, un templo subterráneo o el clásico dungeon, siempre surgía la necesidad de mapear. Pensándolo bien no recuerdo que nos sirviese para mucho, pero es una de esas tradiciones, como la de armar bulla en las tabernas, que se suelen seguir al pie de la letra. En mi grupo siempre había un dibujante voluntario, mañoso con el lápiz, que no sólo llevaba el recuento de pasadizos, corredores y habitaciones exploradas sino que además adornaba su obra con pequeñas trampas con pinchos, pozos, zombis, etc, a medida que los íbamos encontrando. Quizá no fuese un artista, pero nos reíamos mucho.

En mis aventuras rara vez incluyo mapas detallados porque prefiero hacer una descripción del lugar y que cada cual se ponga en situación. Creo que desde siempre ha sido así, en mis partidas si era necesario sacaba una hoja de papel y hacía un pequeño esquema a lápiz, que a veces servía como improvisado campo de batalla, pero no lo llevaba preparado previamente. Hubo una temporada en la que incluso tuvimos figuras de plomo para cada personaje y aprovechando protecciones y edificios del Warhammer representábamos combates con mucho detalle, aunque no era lo habitual.

Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que el soporte gráfico es muy importante, sobre todo cuando escribes algo que no vas a dirigir personalmente. Al crear módulos para otros pueden surgir muchas dudas que con una ayuda visual se solucionan en un instante. Así que últimamente me he dedicado a investigar un poco para saber qué alternativas hay al laborioso proceso del dibujo a mano (más que nada porque soy una nulidad en ese aspecto). Esto es lo que he encontrado:

Autorealm es la opción de software libre y gráficamente no me ha llamado demasiado la atención. Lo he descargado y todavía tengo que probarlo a fondo pero parece más un programa de dibujo vectorial al que se le ha añadido una biblioteca de símbolos y herramientas relacionadas con el rol. Eso sí, tiene muchísimas opciones y hay imágenes para todos los gustos que con un poco de trabajo pueden dar buenos resultados. Su punto fuerte es que abarca desde lo mas pequeño a lo más grande.

Otro programa del que ya había escuchado muchas cosas buenas es Dundjinni. Viendo los ejemplos en su web parece que se trata de una buena herramienta para pequeñas localizaciones. Aparentemente no pueden crearse grandes mapas, por ejemplo de continentes, o al menos no es esa su función principal. A nivel gráfico tiene cierto aire de videojuego pero el resultado final es de los mejores en este tipo de aplicaciones. Su precio es ajustado, 39.95$, así que se trata de una buena elección para el Master que quiere realizar ilustraciones de lugares concretos sin complicarse más. Otro punto a su favor es que utilizando el pack de imágenes adecuado sirve también para recrear entornos modernos.

Fractal Mapper es un programa completo que nos permite crear desde islas y continentes hasta mapas de casas y tabernas con una calidad aceptable, aunque parece que los mejores resultados se consiguen con la expansión Symbol Pack 1, un desembolso extra que no está demasiado justificado. Tiene el mismo precio que sus competidores, 39.95$, que se queda en 34.95$ si optamos por descargarlo en vez de pedir el CD, una opción interesante.

Por último ProFantasy es una empresa con un extenso catálogo de productos relacionados con las ilustraciones para juegos de rol, que van desde su producto estrella, Campaign Cartographer, para crear costas, continentes o mundos enteros hasta otros más específicos como City Designer o Dungeon Designer, para mapear ciudades y dungeons respectivamente. De la galería de su página web destacaría la cartografía de estilo "clásico" que tiene un bonito acabado. Otros ejemplos, sobre todo los de localizaciones específicas, son más simples y pixelados, algo en lo que sale perdiendo con respecto al Dundjinni. Las diferentes utilidades se venden por separado y tienen un precio medio de 39.95$. Es una pena que de la impresión de que hay que comprar varias para cubrir todas las necesidades de una campaña.

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