Conan el Bárbaro es uno de esos remakes innecesarios que salpican la cartelera cada cierto tiempo, otro clon bastardo de una familia a la que se unirán en breve Robocop , Desafío Total o El Cuervo ... . No merecería la pena reseñarla si no fuera porque sirve muy bien como ejemplo de qué hacer y qué no hacer en el género medieval fantástico, tanto en cine como en los juegos de rol. (Aquellos que tengan intención de verla es mejor que no sigan leyendo.) La película arranca con una narración en off que nos cuenta cómo en el pasado fue creada una máscara que confería un poder casi absoluto. Cuando el tirano que la llevaba fue derrotado (vaya poder absoluto más patético, la primera en la frente), la máscara fue dividida entre los líderes de las tribus bárbaras, para evitar que alguien pudiese reunir los pedazos e intentase de nuevo conquistar el mundo. Hasta aquí, nada nuevo, queda la duda de por qué no tiraron los pedazos al mar, si querían quedarse tranquilos. Misterios