La Brújula Dorada (2007)

Un amigo se queja de la explosión de títulos de fantasía que inunda la cartelera en los últimos tiempos. Si contamos (por decir algunos) la visita bianual de Harry Potter, “Stardust”, “Un Puente Hacia Terabithia”, “Las Crónicas de Narnia”, “Eragon” y ahora “La Brújula Dorada”, debería darle la razón. Para empeorar las cosas, la mayoría repiten el esquema de ser adaptación de una novela, tener como protagonistas a niños y ser viajes iniciáticos en los que los chavales pasan de tímidos adolescentes a aguerridos salvadores del mundo. Las palabras “el elegido” y “la profecía” también se repiten con asiduidad. Con estos antecedentes, ¿se puede esperar algo bueno de “La Brújula...”? En el trailer aparece un dirigible de aspecto steampunk, asi que démosle un voto de confianza.

Lyra Belacqua es huérfana y vive en un mundo en el que una parte del alma de cada ser humano toma forma animal y le acompaña siempre; un mundo dominado por el Magisterium, una organización dictatorial que se opone a todo lo que cuestione su doctrina; un mundo en el que existen brujas, criaturas fantásticas y máquinas asombrosas. Tras salvar a su tío, Lord Asriel, de un intento de asesinato y enterarse de que sus amigos han sido secuestrados por los siniestros Devoradores, Lyra deberá emprender el camino al norte siguiendo sus pasos. En esta misión tendrá la ayuda del aletiómetro, que le ayuda a descubrir la verdad de las cosas y de una serie de personajes que ven en ella a la encarnación de una antigua profecía.

Al no haber leído el libro no puedo opinar demasiado sobre lo fiel que es la adaptación. Haciendo memoria, no recuerdo ninguna novela bien llevada a la gran pantalla (quizá “El Silencio de los Corderos”), así que no me tendría que extrañar que ésta también tenga sus deficiencias y no consiga contar la historia tal y como su autor la concibió, de ahí (supongo) lo endeble de la estructura narrativa y todos los agujeros que uno se encuentra a lo largo del metraje.

Para empezar, el ritmo es demasiado rápido, o mejor dicho, tan entrecortado que la película tartamudea: el director balbucea sus escenas sin hilarlas de forma convincente, en cada cambio de cámara parece que se presenta un personaje y los momentos de acción (o no acción) se suceden uno tras otro, sin darnos tiempo a asimilar rostros, nombres o su peso real en lo que está ocurriendo, y mucho menos a encariñarnos con nadie. Es una pena porque ese mundo paralelo de “La Brújula...” es interesante y los efectos especiales crean paisajes que se podrían admirar durante un buen rato. Un ejemplo: la cabalgata de Lyra a lomos del oso a través de las planicies heladas, rodada de otra manera, podría ser un momento mucho más épico. También se ve la intención de crear personajes carismáticos, como Lee Scoresby el piloto de aeronave o Iorek Byrnison (que además tienen un nombre genial: “panzerbjorn”).

A causa de esa impaciencia por mostrarlo todo o por correr hacia el final se pierde mucha intensidad en la trama. Cualquiera que haya visto el trailer espera osos polares en armadura, brujas volando y combatiendo con arcos largos, dirigibles, animales sobrenaturales... y si, están ahí, pero cuando te los encuentras sufren de una falta de carisma tan grande que es como si fuesen siluetas de cartón recortadas. La ropa, los escenarios y los efectos especiales no consiguen ocultar que la mayoría de los actores tienen sólo un par de líneas, lo que no es suficiente para definirlos, y que el peso principal recae sobre Lyra, que se mueve por el círculo polar haciendo alarde de su verborrea, su ingenio y sus poderes casi mágicos pero sin conseguir conectar con el espectador.

No hay profundidad en ese lugar de fantasía, todo se crea con pinceladas, quizá asumiendo que los fans de los libros lo verán y completarán en su cabeza las piezas que faltan. Yo me los imagino como a los de “El Señor de los Anillos”, maldiciendo al director por intentar sintetizar lo que escribió su autor preferido en 120 minutos y para colmo haciéndolo mal, recortando, troceando y dejando coja la historia.

Vi esta película con otras dos personas y la decepción fue general. No es que esperásemos una maravilla, pero tampoco algo tan soso y con tan poca gracia. La frase que mejor definió nuestras impresiones fue: “Qué buena es... “Stardust”, ¿verdad?”.

Comentarios

  1. Anónimo3/1/08 08:54

    Lo mismo digo... joder si hasta yo salí del cine pensand, como tú dices, "Que buena es stardust"

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